Saturday, May 22, 2010

Elogio a una generación

Para Touni, Franco, Isy, Alvaro, Felipe, Miguel, Rodrigo, Marco, y todos los demás, en desorden y al revés...

Los años fuera del Perú, especialmente, los últimos años en los Estados Unidos me han regalado la oportunidad, maravillosa oportunidad, de además de compartir con los amigos de siempre, los imprescindibles, de descubrir y compartir con los mejores representantes de una generación, varias generaciones de peruanos, que me han comenzado a dar, a devolver, esperanza en lo que viene, en lo que podemos hacer. En mis múltiples viajes de ida y vuelta al Perú y la visita, corta o larga, de alguno de ellos al norte del continente, con gran admiración, he descubierto a los que son el futuro, y el presente de nuestro país.
Me han comenzado a dar razones para seguir trabajando en responder a las preguntas de siempre, esas que venimos cuajando hace varios años con Stefan, con Jorge, con Sandro... Pero esta vez con propuestas nuevas. Vienen entre muchas, entre todas las demás... ¿Qué queremos para y de nuestro país? o como preguntaba Maturana en una presentación hace algunos unos años, ¿qué país queremos para nuestros hijos?

Las características que los une y por lo que quisiera denorminarlos, LA generación del optimismo, son múltiples. Forman parte de los años post-terrorismo, mientras nosotros sufrimos los del terror como azotadas a nuestras esperanzas e ilusiones de país, vivieron los años post-inflación, post-Alan (“la primera vez”), y no recuerdan ni sus balconzasos, ni sus lecciones de economía en vivo por la televisión mientras en la calle seguían las colas para encontrar leche y arroz. Llegaron del brazo con el internet, la mensajería electrónica y los blogs y su primera prueba como jóvenes, como ciudadanos, fue la de combatir por la democracia, contra un régimen autoritario y déspota. Así despertaron, y los une esa causa, la de la decencia y el optimismo, la de la transparencia y la apertura de espíritu, y una más importante que quizás nuestra generación y las demás han comenzado a perder, la de la integridad. Nunca han visto a Perú en un Mundial (de fútbol) pero juegan en Europa y las mejores ligas del mundo. Tengo, por momentos, profundas diferencias con ellos, pero a diferencia de nosotros, también llegaron con la capacidad de dialogar y discutir, de enfrentarse, luchar por sus ideas y con la nobleza de saber escuchar. Estos chicos no son perfectos, pero representan y representarán lo que mejor tenemos como ciudadanos. Aunque son a veces soberbios y tratan de resolver las cosas rápidamente, sin a veces, pensar en las consecuencias, no tienen miedo del error, ni la derrota, siempre pasajera y necesaria en el camino al éxito. Aunque a veces olvidan que la Historia tiende a manejarnos invisiblemente, y las historias se repiten, son constantes y apasionados.

Escribo estas líneas porque creo que a nosotros y a las otras generaciones que nos preceden, nos toca abrirles, de par en par, las puertas, esas que a veces encuentran cerradas. Esta, ellos, son nuestra oportunidad de generar el cambio, a través de un cambio generacional, de comenzar a generar las oportunidades que necesitamos para cambiar nuestro país y darle un rumbo sostenible. Comenzar a constuir un país democrático, justo, digno e integro...

Oscar
del avión al colchón, regresando de Lima
Finales de mayo del 2010