Wednesday, April 8, 2009

Despedida

Hace una semana conocí una mujer misteriosa. A medida que iban pasando las conversaciones con ella, que la comenzaba a conocer, esa imagen borrosa y los aires a mujer indiferente y fría fueron cambiando... Descubrí una mujer increible... Llena de vida, de pasiones, de contradicciones, quereres, repleta de cosas y con poquito tiempo para compartir todo eso. Descubrí una mujer que se daba por completo, en su vida, en esos instantes, y yo, me di por completo. Dejé de ser racional y le entregué todo lo que llevaba de cariño y alegría, ella me regaló lo mismo con una intensidad sorprendente. Descubrí que podía seguir viviendo, ser libre. Descubrí que podía volver a entregarme sin reparo, sin angustia.


Y desde la cima de ese momento, me dejó caer, en silencio, sin explicaciones, dejó de sostener mi mano firmemente, me soltó la rienda. Hoy sigo cayendo después de 24 horas, hundiéndome en una larga tristeza, larga como mi corazón disléxico.

Washington, DC, abril 2009

Tuesday, April 7, 2009

El tiempo

Hoy aprendí, con una pena terrible que todavía habita mi cuerpo, que las historias se repiten, y, al repetirse, te muestran que los caminos que uno va construyendo, que uno va recorriendo, tienen la facultad de abrir nuevas oportunidades.
Hoy aprendí, que a veces, de vez en cuando y de cuando en vez, el futuro te abraza y simplemente te deja ver el horizonte, ese que te espera, y tú, atónito, comienzas a caminar, sabiendo que lo viste, es quizás simplemente una posibilidad, una más, una entre muchas, la del presente que mira al futuro...

Oscar
Washington, en esos momentos de dudas...

El sentido del reloj

Las agujas del reloj, desde tiempos inmemoriales, tienen un sentido preciso en el que dan vueltas... No hay polo magnético, ni científico alucinado, que haya podido, o simplemente soñado, cambiar su sentido. Así sucede con muchas cosas en nuestra sociedad, así sucede con el amor...

Más allá que hayamos podido, con mucho esfuerzo y voluntad, y sobre todo, dedicación, estado dandole vueltas al revés a ese relojito que suena en nosotros, existe un minuto, un segundo, un instante, en el que el sentido de las cosas, de las manijas del reloj te vence y vuelven a correr irremediablemente en el sentido correcto. Y de repente, desde el vacío que eso crea en un uno, algo, simplemente se rompe... El cristal se fractura y ya!

A veces las cosas suceden como jugando, pero nunca suceden sin tener sentido...


Oscar

Washington, DC, primeros días de abril...