El sentido del reloj
Las agujas del reloj, desde tiempos inmemoriales, tienen un sentido preciso en el que dan vueltas... No hay polo magnético, ni científico alucinado, que haya podido, o simplemente soñado, cambiar su sentido. Así sucede con muchas cosas en nuestra sociedad, así sucede con el amor...
Más allá que hayamos podido, con mucho esfuerzo y voluntad, y sobre todo, dedicación, estado dandole vueltas al revés a ese relojito que suena en nosotros, existe un minuto, un segundo, un instante, en el que el sentido de las cosas, de las manijas del reloj te vence y vuelven a correr irremediablemente en el sentido correcto. Y de repente, desde el vacío que eso crea en un uno, algo, simplemente se rompe... El cristal se fractura y ya!
A veces las cosas suceden como jugando, pero nunca suceden sin tener sentido...
Oscar
Washington, DC, primeros días de abril...
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